Organización de las sociedades para bienes que consideran imprescindibles para vivir

 

El consumo sostenible no busca hacer de los recursos un uso equitativo pues se consumiera por igual se necesitarían cerca de 2.6 mundos para que se pudiera alcanzar todas las necesidades del hombre, incluso la manera como viven la mayoría de los seres humanos ya hace que se este abusando del medio en donde vivimos con una gran velocidad donde nos puede dejar muy pronto sin los recursos vitales en la naturaleza.

Lo positivo en cuanto consumo y producción es que en las sociedades industrializadas se han desplazado de los sectores que hacen un uso intensivo de materiales y energía al sector servicios. Esto, combinado con el mejoramiento de la eficiencia de la energía, ha dado como resultado un menor consumo de materias primas por unidad de producción, aunque con esto se están consumiendo más recursos naturales generando más contaminación, si contar con la explotación y búsqueda del combustible fósil.

Para acercarse a la sostenibilidad de consumo y producción existen muchos ejemplos como lo son:

Muchos gobiernos han utilizado estímulos económicos y regulatorios como: impuestos ambientales; multas o sanciones por contaminación; permisos canjeables para emisiones contaminantes y uso del agua; esquemas de depósito-reembolso para la gestión de los desperdicios; cuotas por incumplimiento y bonos por desempeño, así como códigos de conducta voluntarios.  

Muchos negocios han introducido procesos de producción más limpios y más eficientes ecológicamente y han reducido la contaminación y otros impactos en el medio ambiente con diseños, empaques y etiquetas .amigables a la ecología.

 

El público ha tomado conciencia de las responsabilidades y las opciones del consumidor. Además de la práctica más extendida de las tres R, reducir, reutilizar y reciclar. También existe la voluntad de pagar más por los productos orgánicos y amigables al medio ambiente.